martes, 10 de noviembre de 2009

¡Elogiar al narco!

In-seguridad
30/octubre/2009

*El colmo de la ineptitud del subsecretario
*Sagarpa, tras la eliminación de subsidios

El colmo de la ineptitud. Más que increíbles resultaron las declaraciones del subsecretario de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación en México (Sagarpa), Jeffrey Max Jones Jones —quien por el simple nombre ya parece más gringo que mexicano—, encargado del área de Fomento a los Agronegocios, sobre el elogio a los narcotraficantes.
Más que una muestra aislada por la ineficiencia en el trabajo, la del subsecretario Jeffrey Max, parece una constante porque muchos de los funcionarios, desde el presidente Felipe Calderón para abajo, pasando por varios de los miembros de su gabinete, no atinan a cumplir con la responsabilidad asignada. Se olvidan de su promesa: “Que la nación me lo demande”.
En ese tenor andan muchos personajes empeñados en hacer tareas de gobierno. Parte del gabinete, mucho se ha cuestionado públicamente el desempeño de varios secretarios, como es el caso de los de Hacienda, Agustín Carstens, del Trabajo, Javier Lozano, de Economía, Gerardo Ruiz, y los que sí salieron dadas las presiones, como resultó con Alberto Cárdenas, de la propia Sagarpa, Luis Téllez y su suplente en la SCT, Juan Molinar Horcasitas que salió del IMSS.
Con los últimos cambios, igual salieron de la dirección de Petróleos Mexicanos, Jesús Reyes Heroles, y el titular de la PGR, Eduardo Medina Mora. Cuestionados tanto como los que todavía conservan el espacio y siguen operando, cual es el caso de Lozano. Este último, operador de la entrada de la Policía Federal a las instalaciones de LyFC, para expulsar vía el decretazo de Calderón al SME, de las instalaciones al desconocer la elección interna de Martín Esparza.
Cortes de carpintero, los emprendidos por Felipe Calderón, no obstante bajo el criterio de la defensa de intereses muy específicos y particulares, más que de interés público y de eficiencia gubernamental, así han resultado los cambios mínimos de gabinete.
Pero personajes como el subsecretario Max, para quien el narco logra lo que otros no, incluso con el gobierno en contra, no puede haber perdón. De por sí se critica la parodia e interpretación de corridos, con los personajes del narcotráfico o narcocorridos (léase a los Tigres del Norte y la pretendida censura de Gobernación a su interpretación de “La Granja” en el Auditorio Nacional); con mayor razón enaltecer la actividad desde el propio gobierno.
Lo menos es que renuncie por la irresponsabilidad e incumplimiento de una función pública, principalmente porque es el encargado de impulsar los agronegocios, y más en estos tiempos donde mucho se demuestra y critica que el campo está copado por la siembra y el cobijo de otras actividades derivadas del narcotráfico.
En declaraciones Jeffrey Jones dijo que “los campesinos deben aprender la lógica de mercado del narcotráfico, pues ellos saben cómo usarlo”. Ellos, los narcos: “Identifican su mercado y crean su logística. Desafortunadamente están integrados a cultivos ilegales. ¡Ellos sí saben atender los mercados!”. Y alcanzan enormes ganancias, fue lo único que le faltó decir.
Un sujeto que, como se describió a sí mismo, es “inventor, mercenario, cazador profesional, abigeo, agente doble”, aparte de “conduce viajes espaciales, maneja guerras, inicia revoluciones, administra gobiernos, sofoca insurrecciones”, entre otras linduras, según datos de La Jornada del jueves 29 de octubre. Una joya.
Reverencias aparte, no se puede perder de vista que atrás de estos dichos se oculta la intención abierta y clara del mismo gobierno calderonista, en el sentido de meter a como dé lugar la lógica del mercado en el campo.
Es el momento, ¿por qué no acabar con los resquicios de la pequeña propiedad y lo que reste del ejido al que golpeó duramente el expresidente Carlos Salinas? Si el actual gobierno está en la lógica de trastocar al sindicalismo, como lo están haciendo ahora con golpes de timón contra el SME y contraviniendo la Ley Fundamental. Que no lo intente con el campo.
Por eso las declaraciones y la insistencia del subsecretario en cuestión, como lo viene haciendo desde que llegó al cargo, de acabar con los subsidios al campo. Atrás quedó el reparto de tierras de los tiempos de la Revolución, porque en eso “no se tuvo una lógica de mercado”, un razonamiento compartido con los actuales funcionarios del gabinete, y no sólo del sector.
Pero por si lo ignoran los panistas, los apoyos en general y los subsidios al campo en particular son indispensables dentro de la lógica capitalista, así sea imperialista o de la etapa de globalización. Por el simple hecho de que un país sin soberanía alimentaria está en la calle y a expensas de lo que sea y las determinaciones de cualquiera otro. Por eso los países desarrollados insisten tanto en apapachar al campo local. Por ello, los subsidios al campo en países como EU, son el síntoma primordial del proteccionismo y expresión de un nacionalismo que cuida la producción de los alimentos básicos de su población.
Si eso no lo entienden operadores como este funcionario menor, el señor Jeffrey Max Jones Jones, y tampoco lo vislumbra el presidente que lo mantiene en el cargo (sería absurdo que sobreviviera a con esto), entonces la lógica es que junto con muchos funcionarios miembros de gabinete, el propio Felipe Calderón debe renunciar. Los motivos sobran, porque está llevando al país al extremo en materia de inseguridad.
Su actividad principal como presidente, por ejemplo, la de combatir al narco y al crimen organizado, ha sido fallida. Ha cargado a cuestas miles de muertes de involucrados e inocentes. La sangre es la mejor muestra del gobierno fallido de Felipe Calderón. La disfuncionalidad consiste en que no tiene estrategia antinarco.
El colmo de la ineptitud, con el señor Jeffrey Jones, la estrategia parece ser la inversa: “Si no puedes con el enemigo únete a él”.
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(*) Sociólogo. Exdirector del periódico El Día.

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