jueves, 19 de noviembre de 2009

El peor manejo de la crisis

INSEGURIDAD
20/noviembre/2009

*Economía, entre balance y recomendación
*Calderón-Congreso, lejos de la recuperación

Pues claro. Para el gobierno de Felipe Calderón no hay instrumentos de política económica propios. Elaborados con el fin de destrabar al país de la profunda crisis que padece. Por eso, como dice el premio Nobel de Economía 2001, Joseph Stiglitz, el manejo es “pésimo”. Pero cómo no. En cambio Brasil, nuestro hermano Latinoamericano, con Luis Inacio Lula da Silva al frente, es un país diferente desde que renegoció la deuda externa con la banca internacional y optó por adoptar políticas de crecimiento. Por eso la crisis le pega distinto.
Dos problemas señaló Stiglitz en conferencia de prensa, invitado a la Expomanagment 2009 por el Grupo México y Grupo Posadas, como los más preocupantes para el país: la falsa esperanza de esperar que se recuperen los Estados Unidos para que ocurra el fenómeno del “arrastre”, y la mala política fiscal que no estimula la economía mexicana. Esta última, que va de la mano del recién aprobado paquete fiscal —Ley de Ingresos 2010 y Presupuesto de Egresos 2010— por el Congreso de la Unión, porque “los aumentos a los impuestos al valor agregado (IVA) y sobre la renta (ISR), que entrarán en vigor en 2010 en México, tendrán un efecto muy negativo en la economía”, agregó. Y no se diga si se aplica impuesto a los alimentos. Por eso mismo, hizo un llamado al gobierno para que “apoye la reactivación” económica.
Y nada bien debieron caerle al gobierno de Felipe Calderón y a su partido, el de “(re)Acción Nacional”, los señalamientos del economista norteamericano, toda vez que están complacidos con el paquete “sin estímulos” recién avalado por el legislador, gracias al “mayoriteo” de la partidocracia, para el año entrante que —se presume—, será el mismo del despegue de la postrada economía nacional.
No sólo eso, pues el también profesor de la Universidad de Columbia, Joseph Stiglitz, advirtió que la diferencia de aquellos países que mejor enfrentaron la situación —Australia, Canadá, India y China, además de Brasil—, fue porque “ellos tuvieron una reacción gubernamental muy fuerte y habían puesto en marcha regulaciones de sus sistemas bancarios que les permitieron soportar los problemas recesivos”.
Lo que no se dio en México. Al contrario, “las estadísticas de crecimiento han sido muy débiles y pesimistas para este país”. Y no se diga el riesgo de manejar sin “cuidado los aspectos fiscales”, porque eso “puede traducirse en un mayor retraso de la recuperación económica”.
Por eso para Latinoamérica Stiglitz recomienda, abrirse más al comercio con Asia, que está en franco desarrollo. Lo que para México sería diversificar más un comercio que está atado a las compras de EU. Latinoamérica, ha “diversificado más su base de exportaciones y muchos países fortalecieron sus relaciones comerciales con Asia. La recuperación de Asia ayuda a la de América Latina”.
Mantener la esperanza en la economía de EU —tradición de México— es de lamentar. Porque “el mayor riesgo no se encuentra en 2009 o 2010, sino en 2011, cuando en Estados Unidos los estímulos económicos del gobierno para el sector privado lleguen a su fin, sobre todo porque no hemos arreglado el sistema (y no sólo el financiero), no hemos hecho casi nada, no hemos atendido el problema…la verdadera preocupación es que se ha vuelto peor, con grandes fallas y grandes malos resultados”.
Es decir, que el problema en EU es todavía mayor. Y México no puede estar esperando a que se levante primero, para salir ganando después. Situación de fondo. “Existe una perspectiva general —agregó el economista— sobre que el sector financiero tiene muchos problemas todavía. Hay millones de hipotecas en proceso de ejecución, existen millones de hogares que están por debajo del valor de su hipoteca y los precios, al estabilizarse, no se van a incrementar ni se va a eliminar el problema de las hipotecas que superan los valores reales. Hemos tenido problemas importantes en los bienes raíces comerciales. Si continúa el desempleo, tendremos problema en otras partes de los mercados financieros… Los ahorros han bajado a cero y es muy poco probable que aumenten en forma importante. Por ende, el consumo seguirá siendo bajo y así será difícil ver una economía robusta.” Con problemas estructurales como estos que todavía presenta la economía de EU, México no puede estar en espera de una recuperación sin sostén.
Por eso, México necesita “una alternativa”, remató Stiglitz. De la cual carece el gobierno calderonista. Porque el paquetazo fiscal quedó en miscelánea que impactará al ingreso y gasto de las familias. Eso sí. Para beneficio de unos pocos y perjuicio de las mayorías. No sólo para tapar los hoyos de las finanzas públicas.
Brasil, en cambio, está en el primer sitio de América Latina, porque desde 1998, en los tiempos de Fernando Henrique Cardoso, modificó profundamente sus políticas públicas: renegoció la deuda externa y sentó las bases para el ahorro interno y depurar el sistema financiero. Mantener una política de estabilidad económica para favorecer el desarrollo interno. Aprovechar Petrobras en coinversiones. Bajas tasas de interés. Por lo mismo (Lula asumió el poder en 2003 con elevada inflación y altas tasas de interés), ya en 2006 creció un 4 por ciento, en 2007, 5.7, en 2008, un 5.1 porcentual, y se proyecta en 4.83 para 2009. Ahora, Brasil combate la pobreza y reduce las tasas impositivas en beneficio de la población.
Nada de esto importa en México. Además, asesoría no le puede pedir el gobierno a Brasil, porque a petición de Carlos Salinas —por aquello de la negociación “panacéica” del TLCAN—, una de la condiciones fue que Brasil no entrara. Y los cariocas están molestos por eso. Pero el de la responsabilidad de buscar alternativas es, ahora, es de Felipe Calderón. Un 20 de noviembre, buen día para anunciar una revolución económica. Enhorabuena.
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Correos: sgb33@hotmail.com, http://lavidaespoesa.blogspot.com/
(*) Sociólogo. Exdirector del periódico El Día.

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