martes, 2 de febrero de 2010

EU, todo para salir

INSEGURIDAD
29/enero/2010

*Obama, crisis, bancos y credibilidad
*Carstens, optimismo sin fundamento

Colgada, como está la economía mexicana a la de Estados Unidos (EU), no hay elementos suficientes que den sustento al nuevo titular del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens Carstens, para augurar presuntas mejorías de los indicadores económicos en este 2010 y proyectar al alza —así sea en décimas— la tasa de crecimiento del PIB en el país, de entre el 3.2 y el 4.2 por ciento. Pero ya lo hizo. Sólo sigue los buenos deseos de la OCDE y del FMI, bajo la sombra de la quiebra en EU.
El principal problema es que la economía de EU no muestra visos de recuperación. Y a un año de permanecer en el poder, el presidente Barack Obama está pasando, además, por un momento muy complicado de credibilidad. Porque la confianza es un factor importante para EU; algo que al parecer no importa en México. Cabe tanto para el presidente Felipe Calderón, como para el titular del Banxico, Carstens.
Para comenzar, el presidente Obama está de pique con los titulares del sistema financiero de su país. Ahora mismo el tema llegó a discusión hasta Davos, en la 40 cumbre del Foro Económico Mundial. Ahí mismo recibió el apoyo de Nicolás Sarkozy, el presidente francés. Más la incorporación ayer de José Luis Rodríguez Zapatero y Felipe Calderón, para analizar propuestas. Y Obama tiene a opositores tan firmes como el multimillonario George Soros, quien ha declarado que la medida del presidente de cortar alas a los bancos con el riesgo, es prematura y no llegará lejos. No obstante, hace poco (18/I/2010), al menos dos de los cuatro más grandes banqueros de EU aceptaron haber “cometido errores” en el asunto de la crisis económica.
La Comisión Investigadora de la Crisis Financiera del Congreso, recibió la posición de Jamie Dimon, presidente y director ejecutivo de JPMorgan Chase, así como de Lloyd Blankfein, con el mismo cargo en Goldman Sachs. El primero dijo: “Aunque pudimos resistir la crisis y, creo, emerger como una institución más fuerte, nosotros, como muchos otros, cometimos errores”. En tanto el segundo admitió: “En lugar de realizar sus propios análisis, confiaron en las calificadoras de riesgo para que hicieran el trabajo esencial de los análisis de riesgo… tiempo durante el cual no prestaron atención a ningún indicador de deterioro financiero”.
Las consecuencias: más de siete millones de trabajadores perdieron su empleo, con cerca de 25 millones son desempleados; más de 2 millones de familias perdieron su casa en los últimos tres años y 10 millones han sido perseguidos judicialmente. Para todo esto el gobierno de EU inyectó billones de dólares, para salvar a la economía del colapso. Eso admite el informe de la citada Comisión.
Y Obama, en su discurso sobre El estado de la nación, a un año de gobierno, habló de apoyar a los bancos con el congelamiento de todo tipo de programas para apoyar el rescate financiero y en especial el sistema bancario. Y otorgarles mayores recursos. Luego se refirió al empleo como objetivo prioritario, “número uno”, pero hacia el “largo plazo”. Entonces sí, a la recuperación de la confianza de los estadounidenses, que ahora anda por el 58 por ciento a la baja. Llamó la atención, también, que Obama no haya referido los temas de la seguridad nacional y la política exterior de guerra de su país. Seguramente porque es la antítesis de su popularidad y parte de la caída del índice de confianza en su gestión.
En esa tónica, la FED —por cierto en medio de la reelección, para otro período de cuatro años, por el senado de su presidente, Ben Bernanke— mantiene a la baja las tasas de interés, entre el 0 y el 0.25 por ciento. Precisamente porque no ve elementos de mejoría en materia de creación de empleos, uno de los indicadores de la contracción todavía vigente.
Pero como en México todo se hace al revés, pues entonces el optimismo ya rebasó la capacidad de conducción del Banxico; o mejor dicho, la conducción de la institución está en la esfera de renovar los aires sobre la economía. Pero sin bases. Resulta que su titular, Carstens, propone una revisión al alza del pronóstico. “Debido —dijo— a una incipiente pero clara reactivación de la economía mundial, en particular por un repunte de la actividad industrial (¡sic!) en Estados Unidos”. Un crecimiento que se reflejará en una mayor creación de empleos, entre 350 mil y 450 mil (¡sic y recontra sic!). Con un estimado de inflación de entre 4.7 y 5.2 por ciento. Sin embargo admite la necesidad de “fortalecer el mercado interno, para generar motores propios de crecimiento”. ¿Pero quién está tomando qué medidas, para crear esas condiciones internas, Sr. Carstens? Asegurando, además, que las alzas de la cuesta de enero tendrá un impacto estacional.
Más prudente, en cambio, el extitular de la institución, Guillermo Ortiz, declaró en Davos que la economía mexicana “puede crecer del 3 o 4 por ciento del PIB en 2010”. Pero ello dependerá “de lo que ocurra en Estados Unidos”. Y agregó, “En el caso de México, vamos a tener un rebote cíclico. Puede ser mayor, incluso, dependiendo de lo que ocurra en Estados Unidos”. Pero en ese país, agrega Ortiz, los últimos datos no han sido muy buenos.
Pero seguro que Carstens se fue con la finta de las declaraciones del FMI. Apenas el miércoles dijo que, pese a los riesgos, para 2010 la proyección del PIB mundial aumenta de 3.1 a 3.9 por ciento; y el PIB de México de 3.3 al 4 por ciento, luego de una contracción del 6.8 en 2009 (misma que, casi seguro, será de 7 puntos del PIB).
Todavía peor —como para alimentar el optimismo infundado del Banxico— José Ángel Gurría, desde la presidencia de la OCDE, aseguró que la economía mexicana está en franca recuperación, y añadió que tendrá este año un crecimiento modesto. Porque México ya pasó lo peor de la crisis, aseguró Gurría desde el Segundo Foro Internacional América Latina y el Caribe, en París, Francia. Estamos en un periodo de crecimiento.
Cierto que desde lejos se ven los toros, pero las cornadas están acá abajo. Y no hay visos de la recuperación más allá de las palabras sin sustento, de un secretario como Carstens que no hace nada por el mercado interno. Simples proyecciones.

Contacto: sgb33@hotmail.com

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