viernes, 12 de febrero de 2010

El mensaje de Galván

INSEGURIDAD
12/febrero/2010

*Sedena, para leer entre líneas
*Puntos de vista contradictorios

Diversas reacciones recogió la prensa tras el discurso pronunciado el pasado martes 9 por el Secretario de la Defensa Nacional (Sedena), el general Guillermo Galván Galván, con motivo de 97 aniversario de la (simbólica) Marcha de la Lealtad, efectuado en el Castillo de Chapultepec en la ciudad de México. Pero porque el mensaje mismo parece contradictorio.
Orador único de la mencionada ceremonia, los menos criticaron el espaldarazo a la propuesta de reforma política en curso del presidente Felipe Calderón. Ahí el general dijo que: “Sólo mediante reformas integrales estaremos en condiciones de consolidar ese bienestar colectivo que todos exigen, pero que no todos procuran”. Y agregó: “Esa es la propuesta y la convocatoria presidencial. No es una utopía; se trata de voluntad, de responsabilidad y de compromiso histórico”. El discurso completo fue difundido ampliamente por los medios de comunicación.
Las críticas subieron de tono. “La utilización del general Guillermo Galván por Felipe Calderón para promover su iniciativa de reforma política muestra la desesperación del Presidente, quien no cuenta con el apoyo de los partidos políticos ni de la sociedad, además de que pone en evidencia la debilidad del Ejecutivo Federal”, criticó el dirigente nacional del PT, Alberto Anaya.
Los reclamos mayores por entrometerse en política, le vinieron del coordinador del PRD en la Cámara de Diputados, Alejandro Encinas: “La Constitución ordena la separación clara entre el Ejército y la política. Cuando se rompe esa frontera se presentan los excesos, como los ocurridos durante la guerra sucia en los años 70; entonces el Ejército se convirtió en instrumento de combate contra la disidencia política”.
En tanto el panista Felipe González dijo que el secretario de la Defensa, Galván, actuó dentro del marco legal al convocar a acuerdos políticos y pedir que se aprueben las reformas pendientes. “Si en la lucha contra el crimen organizado los militares ponen los muertos, tienen derecho a opinar”. El secretario adjunto de la dirigencia nacional del PRI, Samuel Aguilar Solís, calificó: “En lo que debe estar pensando en este momento el Ejército es en el tema de la inseguridad; especialmente ahora, cuando la situación es de tal gravedad que puede trascender el tema de la seguridad pública para convertirse en un asunto de seguridad nacional. Dados los crecientes niveles de violencia en el país”.
Otras referencias al tema de la política hizo el general Galván. Y, en alguna medida se pasó de la raya. Sobre todo cuando arremetió en contra de los defensores de los derechos humanos —ni se diga los organismos internacionales cuyas presiones hacen mayor eco—, quienes dan puntual seguimiento a las continuas violaciones cometidas por soldados a la población civil, la mayoría de los cuales quedan impunes. Una de las facetas que trae consigo la presencia militar en el combate al narcotráfico y el crimen organizado.
Es decir que, en el tema de los derechos humanos el Ejército se hace acreedor a cualquier tipo de señalamientos y no los acepta. Y será hasta en tanto no cambien los mecanismos al interior de la propia justicia castrense. Por eso arremetió: “Pierden el tiempo —expresó el titular de Sedena— aquellos que pretenden dividir a los soldados de aire, mar y tierra. Jamás habrá discordancia entre quienes tenemos la misma cuna, la misma forja y un mismo horizonte: México”. Sólo que la crítica por las violaciones a los derechos humanos no apuntan al divisionismo de las Fuerzas Armadas. O sea, que un señalamiento no justifica el otro.
Sin embargo, fiel a los principios de lealtad al poder Ejecutivo, como jefe máximo de las Fuerzas Armadas, el Ejército tiene otro problema. Está consciente del desgaste que le trae como institución frente a la población, su presencia misma en el combate frontal al crimen organizado. Una guerra a la que no llegó, lo metieron. Y esa pérdida de credibilidad, también es preocupación de las Fuerzas Armadas. Y es al titular de la Sedena a quien le corresponde hacer algo en contra de dicho desgaste.
Dicha preocupación no justifica, pero sí explica en parte la intromisión del general Guillermo Galván el hablar de política. Precisamente de “reforma política”. No obstante, en público y frente a los representantes de los demás poderes —estuvieron presentes líderes del poder Legislativo, el presidente de la SCJN y miembros del gabinete—, Galván se comprometió a seguir redoblando esfuerzos para combatir los desafíos de la seguridad interior, “dando todas las batallas, las que sean necesarias”, pues “contener en primera línea el daño de la criminalidad organizada causa en la sociedad, nos hace conscientes de los peligros que acechan y de los riesgos que se corren”.
Pero también demandó, el titular de la Sedena, acuerdos políticos; porque “la cohesión de la sociedad es un factor indispensable para concretar el proyecto del país”. Porque el acuerdo político es una actitud propositiva y virtuosa que conduce al consenso por la vía del respeto, la prudencia y la buena intención para escuchar y comprender las razones de los demás. Es la expresión de madurez y de fino diálogo que permite capitalizar las coyunturas que se nos presentan”. En ese sentido, agregó, “Se requieren ideas creativas, renovadoras y dinámicas que sincronicen a la nación con la modernidad”.
Sutilmente y, como entre líneas, sin mencionar propiamente la reforma calderonista sino las “reformas integrales” que le están faltando a este país, y sin deslealtad en su discurso el general Galván defendió a la institución que representa. Habló de la “cohesión de la sociedad” y no de confrontarla. Porque, en el fondo, a la Sedena le preocupa también el descrédito que le está generando hacer tareas de policía en las calles de ciudades como Juárez, Chihuahua. Y en eso no hay contradicción sino lealtad.
Ese tipo de tareas encomendadas al Ejército, es un tema que todavía debe discutirse más. Pero una cosa es cierta: el Presidente se va, en tanto las Fuerzas Armadas se quedan. Un asunto como para leer entre líneas, por lo delicado e importante.

Contacto: sgb33@hotmail.com

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