miércoles, 24 de febrero de 2010

LA, en la Riviera Maya

INSEGURIDAD
25/febrero/2010

*Surge la Comunidad de Estados de AL
*Fructífera reunión de países de la región

“Para nosotros la patria es América, nuestros enemigos los españoles, nuestra enseña, la independencia y la libertad”: Simón Bolívar.

Concluyó la reunión de los 25 jefes de Estado y de Gobierno de los 32 países de la región de América Latina (AL). El anfitrión fue México. Y la cede, el bello lugar en Cancún, Quintana Roo, conocido como la Riviera Maya. Muchos temas, todos de interés para AL, importantes salieron a flote. Pero quizá el principal logro fue el anuncio de la creación de la Comunidad de Estados latinoamericanos y Caribeños, que en el 2011 definirá programa o principios cuando regresen a Caracas, Venezuela.
El viejo sueño principalmente de Simón Bolívar, pero también de otros Libertadores de la región Latinoamericana, como Francisco de Miranda, Bernardo O´Higgins, José María Martín, Lord Cochrane y quizá Agustín de Iturbide, asoma cada vez que hay un intento de esta naturaleza y se reúnen presidentes de países latinoamericanos.
Esta vez, frente a los embates de la globalización y la necesidad imperiosa de trabajar unidos —al menos esa es la plataforma que está detrás de la intentona de unidad— para superar los estragos de una crisis derivada de los trastornos financieros detonados desde los Estados Unidos. Una crisis que arrastra consigo al mundo y afecta especialmente a los de economías más débiles, entre ellos los de la región latinoamericana.
Por eso se intenta unir esfuerzos para que, con un trabajo conjunto, se puedan diseñar proyectos de autoayuda. Tampoco de compartir miserias, sino todo lo contrario, para intercambiar experiencias, hacer inversiones, negocios interregionales, y empeñarse conjuntamente para salir lo menos raspados de la actual crisis cuyo epicentro está en el norte continental. No digamos un manejo anticrisis sin las recomendaciones del BM y el FMI.
Por eso no se invitó a EU ni a Canadá. Como tampoco se hizo con España o Portugal. Pero también porque la recién creada Comunidad surgió en el marco de la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe, que a su vez juntó las sesiones de la 21 Cumbre del Grupo de Río y la II Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo. Un poco enredado, pero así fue.
Aparte de la anunciada Comunidad de Estados latinoamericanos y Caribeños, surgieron otros temas que causaron sorpresas o sobresaltos. El diferendo entre los presidentes de Venezuela Hugo Chávez y Álvaro Uribe de Colombia, donde ambos se dijeron sus cosas en tono elevado —y casi ofensivo—, pero que finalmente dio pie a sentarse a limar asperezas, dados los últimos acontecimientos. Pero, entre otras cosas, los confronta el asentamiento de bases militares de EU en Colombia, y porque Chávez es el principal detractor de esas políticas, tanto imperiales gringas como de presunta sumisión colombiana.
Del mismo modo se trató el tema de Haití, el de Argentina por las Malvinas y el de un posible tratado comercial entre México y Brasil. La solidaridad mostrada por todos los países con Haití, a raíz de la devastación que sufrió el país caribeño más pobre de la región.
Con Argentina, el consenso es para que al seno de la Organización de las Naciones Unidas, se lleve el tema motivo del diferendo que tiene ese país con Gran Bretaña, por la soberanía de las Islas Malvinas (motivo de una lastimosa guerra que confrontó a ambos países en 1982), dado que en estos días los británicos han comenzado a hundir sus perforadoras en plataformas marinas para la extracción de petróleo. Pero no sólo por ello, sino porque el control de esas islas, que están dentro de los mares territoriales argentinos, es reconocido por tratados internacionales caducos. No obstante que enmendarlos implica terminar con el viejo colonialismo imperial de dominación y de control, al que se resisten los países con políticas todavía imperialistas.
En el caso del posible incremento del comercio entre México y Brasil (un país cuya diversificación comercial en estos años aciagos de crisis, se ha colocado como uno de los menos afectados; sobre todo por su relación de amplio comercio con el emergente mercado chino e hindú), el que dio las lecciones fue el propio presidente de ese país, Luis Inácio Lula da Silva.
A los mexicanos les dijo “no tener miedo”, porque su país no es más peligroso que los socios comerciales que tiene México. Pero con esa carta entre manos, de un posible convenio comercial, hubo en la Riviera Maya reuniones entre sendas comisiones empresariales. Por lo mismo, los presidentes de Brasil y México, Felipe Calderón, anunciaron iniciar un proceso formal de trabajo para analizar los posibles alcances de un acuerdo estratégico y de integración económica y comercial. Enhorabuena.
Por eso, y con la cartera del éxito brasileño bajo el, Lula señaló la importancia de no depender únicamente del intercambio con la economía estadounidense, como México. “México y los empresarios mexicanos no pueden quedarse esperando a que la economía de Estados Unidos se recupera para que ustedes vuelvan a crecer”, expresó el líder carioca.
Y agregó, en aras de que nuestro país voltee hacia Latinoamérica: “México no puede mirar sólo a un lado, tiene que mirar para un lado, pero también para el otro. El mundo es redondo, el mundo no es rectangular”. Los mexicanos tenemos mucho que aprender de los hermanos latinoamericanos.
Con todas las diferencias que han desunido siempre a los países de la región, el sueño de los Libertadores como Bolívar sigue vigente. Tan sólo por el hecho de que los países extranjeros de carácter imperial, lo único que han hecho es extraer el mayor provecho de una relación desigual. No digamos que los países de AL han compartido históricamente al mismo verdugo imperial. Ya es tiempo de que compartan los mismos proyectos. Que sea otro sueño, pero hecho realidad.

Correo: sgb33@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario