viernes, 5 de febrero de 2010

Replantear lucha antinarco

INSEGURIDAD
5/febrero/2010

*Los primeros indicios están a la vista
*Indigna muerte de inocentes en Juárez

Trastabillando, pero al parecer ahora sí le está entrando la preocupación al gobierno federal panista que encabeza el presidente Felipe Calderón, en el tema del combate al narcotráfico y al crimen organizado. Y está dando algunas muestras —señales importantes que, sin embargo, hay que destacar— de cambio. Es decir, está llegando a su fin la estrategia adoptada desde el inicio del actual sexenio, de las armas por delante y sin más, como único método de solución a los problemas de inseguridad, que brotan del tipo de delitos por esas ilícitas actividades.
El gobierno tiene que aceptar, así sea a regañadientes, que su hasta ahora declarada “guerra” contra los cárteles del narco y las bandas de otros delitos igualmente graves que afectan a la sociedad, no ha dado los resultados previstos de arranque: los de brindar la seguridad que a gritos demandan todos los sectores y en todos los rincones del país. Porque, contrariamente, aumenta cada vez lastimosamente el número de muertes relacionadas con esa “guerra”, igual el todo México pero, especialmente en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Y para los ciudadanos la seguridad, que como tal si está amenazada atenta en contra de la convivencia misma que alcanza hasta el corazón del núcleo familiar, es y debe ser siempre una preocupación de Estado. Por tanto, atenderlo se convierte en alta prioridad para gobiernos, sin importar el color del partido en el poder porque es el mandato ciudadano. La tranquilidad y la convivencia sana, en el marco de un estado de derecho y que se rige (o eso debe) por preceptos claramente democráticos, como máxima prioridad.
Lo primero es el reconocimiento de la derrota, que como tal comienza a ser parte de la solución del problema. Y está visto que así está ocurriendo ya por parte del gobierno federal. Porque con el Ejército en las calles en lugar de resolver la seguridad, su contrario, inseguridad, ha venido en aumento. Y por lo tanto, la dichosa estrategia adolece de muchas cosas. Fallas de origen, porque ha sido más unilateral, lineal, y focalizada que estructurada, planeada y con las ramificaciones máximas posibles.
Así, hay al menos dos señales importantes que están demostrando ya el cambio de estrategia en el gobierno federal, en esa lucha contra el crimen organizado. Lo que todavía no significa que las lleve a cabo, porque apenas lo viene declarando. Falta verlo en los hechos. No obstante el tiempo apremia. El primer punto es que, en el caso del combate a las bandas que se disputan la plaza de Juárez, se está relegando a segundo término —que no abandonando tampoco pero eso es un indicio claro— al Ejército. El abrir el camino para que las policías (es decir, federal pero también estatal y municipal) se hagan cargo de las indagatorias y persecución de los involucrados en los delitos agravados cometidos, es un paso importante. Porque como se ha dicho muchas veces: el combate al crimen organizado no es mera cuestión de armamento, o de patrullaje de las calles por soldados. Es un asunto también de la policía investigadora.
El otro punto es que, según lo ha declarando el propio presidente Calderón ayer, va a replantearse la estrategia en Ciudad Juárez como un “plan integral”. Esto a partir del asesinato masivo de los 16 jóvenes, y otros 13 que resultaron heridos departiendo en una fiesta. Los hechos que ocurrieron la madrugada del pasado domingo, en contra de estudiantes que nada tenían que ver con el problema del narcotráfico, como supondrían los atacantes identificados del llamado grupo Artistas asesinos. Una matazón que ha causado, entonces, una de las mayores indignaciones entre la sociedad juarense y nacional.
La señal de Calderón, en este sentido, es que el nuevo plan integral no se impondrá “desde el centro”, sino que dialogará con la sociedad juarense. Las medidas “las queremos proponer a la sociedad juarense, porque tenemos, sí, un plan y una estrategia pero no queremos imponerla desde el centro sino que queremos proponerla y dialogarla a la sociedad juarense e implementarla de la mano con los juarenses, porque queremos atacar la inseguridad de raíz”. A ver.
De lograrlo, ese será un viraje, como decimos, del rumbo impuesto. Porque con toda seguridad el consenso de la tan lastimada sociedad juarense tendrá propuestas importantes. Y el gobierno deberá adoptarlas como propias para llevarlas a cabo. Ahí estará, seguramente, el inmediato retiro del Ejército de las calles y la entrada directa y más eficiente de las policías de los tres niveles de gobierno. Igualmente otras medidas que tienen que ver con la capacitación, la depuración de los cuerpos policiacos y la purga de todos aquellos presuntamente ligados a la protección de las bandas. Sin desdeñar el complemento presidencial de “los programas sociales, el rescate de los espacios públicos para la convivencia, el fomento de las oportunidades de educación, el esparcimiento, la cultura y el trabajo para los jóvenes, evitando con ello su caída en las garras de la adicciones y la delincuencia”, palabras más, palabras menos.
Una propuesta, que finalmente, sea detallada por la sociedad juarense. Urgen los calendarios de las consultas, los foros, los debates. Nadie espera una tomadura de pelo. El número de muertos y la violencia que azota a estos hermanos en la frontera, no valen ninguna esperanza en falso. Tampoco promesas de palabra.
Es de humanos reconocer los errores. El problema es cuando se aceptan demasiado tarde. Pero en estos asuntos del combate a la inseguridad, el aceptar la derrota de la estrategia aplicada durante los últimos tres años nunca resultará tarde, porque urge la redefinición. Todos esperamos cambios en firme. De lo contrario, cuando la muerte haya rebasado toda posibilidad de recuperar la tranquilidad para la sana convivencia, la sociedad le recriminará a la autoridad federal, comenzando por el propio Calderón. Vale, el beneficio de la duda. La recuperación de la paz lo vale, sí, pero con justicia y dignidad, como exige el “Pacto por la Cultura, Red Mesa de Mujeres y Colectiva Fronteriza, Cd. Juárez, Chih., 01 de febrero de 2010”.

Contacto: sgb33@hotmail.com

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