martes, 16 de febrero de 2010

La despenalización

INSEGURIDAD
16/febrero/2010

*Desafíos de la guerra contra el narco
*Periodismo, arma de interpretación

A Tomás Eloy Martínez. In memoriam.


En el último artículo de Tomás Eloy Martínez, publicado en el diario La Nación con fecha 09/01/2010, bajo el título “Los desafíos de la cultura narco”, abogó por la despenalización de las drogas. Un asunto que han propuesto otros intelectuales de la región latinoamericana como el mexicano Carlos Fuentes, el peruano Mario Vargas Llosa y el uruguayo Eduardo Galeano; al colombiano García Márquez, siempre lo “malinterpretan” los colegas de la prensa, pero dice que no apoya. Eloy Martínez, escritor de origen argentino que nació en Tucumán en 1934, y falleció apenas el 31 de enero del presente año, nos legó una amplia bibliografía como muestra de su ardua labor periodística, ensayística y literaria.
Muestras de su trabajo sobran. Su obra Santa Evita (publicada en 1995), donde aborda el mito argentino de Eva, la esposa de Juan Domingo Perón, que es considerada la novela argentina más traducida de todos los tiempos. Pero también destacan La novela de Perón (1985), La mano del amo (1991) y Las memorias del general (1996), una crónica de los años 70 en su país, donde aborda la parte “dura”. Los años recios de “la guerra sucia”, en los tiempos represivos de la dictadura que se instaló “de facto” el 24 de marzo de 1976, con el general Jorge Rafael Videla a la cabeza de la junta militar del autollamado “proceso de reorganización nacional”. El retorno de la democracia comenzó tras la elección presidencial de Raúl Alfonsín, el 10 diciembre de 1983.
En México participó, durante 1991, en la creación del periódico Siglo 21 de Guadalajara. En 2009 recibió —entre otros reconocimientos— el premio Ortega y Gasset de Periodismo por su trayectoria profesional. Pero desde 1996 fue columnista de La Nación en Argentina, y sus artículos se imprimieron también en The New York Times de EU, y en El País de España, entre otros. En este último, el artículo que ahora nos interesa salió publicado el 2/02/2010, casi un mes después, y a tan sólo dos días de su muerte.
Tengo entre manos una hermosa compilación de su obra. Es una “exhaustiva antología” publicada bajo el sello editorial de el FCE, con el título de La otra realidad, que reúne “fragmentos de sus novelas, notas periodísticas, relatos inéditos y críticas literarias desde 1960 hasta la actualidad (la edición es de 2006)”. En La otra realidad, el autor propone que “los hechos verdaderos no están necesariamente en conflicto con la invención”. Es más, que “las palabras pueden crear una realidad más verdadera que la realidad de los sentidos”. Y en el artículo apunta más allá: “Los novelistas van siempre un paso adelante de la realidad”.
Un precepto literario con un importante trasfondo filosófico. Muy aplicable al ejercicio periodístico y que no se contraviene en nada con la realidad, como sucede con algunas “teorías” que llegan como “moda” todo el tiempo en otras áreas como la teoría económica o la política. P.ej., los voceros del imperio, Francis Fukuyama con El fin de la historia y Samuel P. Huntington en El choque de civilizaciones, escribieron panfletos incendiarios. Libros útiles para justificar las invasiones de Estados Unidos a tierras musulmanas, y apropiarse de sus riquezas bajo “conspiración del imperio” como la destrucción de las Torres Gemelas, acusando de “terrorismo”. En fin.
La obra de Tomás Eloy sobresale como otra de autores que han brillado desde el medio periodístico hasta la literatura. Está el propio Gabo, en América Latina. El caso emblemático de Ryszard Kapuscinski. En el pasado brillan autores como Churchill y Hemingway. Para no referir a la corriente del “nuevo periodismo” que surgió en 1960 en EU con A sangre fría, de Truman Capote y otros. Pero los preceptos de objetividad no son muy distintos entre ellos: una reconstrucción de la realidad a partir de la invención de los sentidos, como apuntaba Eloy Martínez.
Sí, pero con la sumatoria de todas las herramientas y exigencias del oficio periodístico. La cultura como trasfondo. Además de lo que se lee diariamente, se percibe y se intuye, se piensa y analiza, se interpreta y arma a partir de los hechos mismos. La elaboración de la nota, la novela, el reportaje, se hace a partir de la información de primera mano. De rastrear los hilos del tema, sus indicadores y coincidencias, sus raíces —del tipo que sean— y su desarrollo. La parte histórica y hasta teórica, aquella que brinda el soporte desde la propia generalidad (por no decir la abstracción). Herramientas que, únicamente, se adquieren con talacha en el oficio. En ello se trabaja. Que se logre es otra cosa. Como el estilo, que deviene personal. Ese ya depende del autor. Del uso de la herramienta, de idioma. En fin.
En el balazo de “Los desafíos de la cultura narco” Eloy Martínez coloca: “Cuando el combate más efectivo es arruinarles el negocio”. La nota completa puede verse en: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1219932. Pero abunda en la necesidad de tirarles el negocio a los narcos. “Es el arma más efectiva contra los jefes del narcotráfico”. “No se trata de alentar el consumo, sino de controlarlo mejor, invirtiendo en campañas efectivas de salud pública”.
Porque, como en Colombia y México, países “donde la cultura narco se ha infiltrado en todos los aspectos de la vida”, y la guerra contra las drogas y el narcotráfico impregna buena parte de la literatura. En México abunda. Y cita a Fuentes: “Un empresario poderoso que observa cómo su país está siendo minado por los narcotraficantes en complicidad con la corrupción del poder, decide ganarles siendo más criminal que ellos en la novela del escritor mexicano Carlos Fuentes, Adán en Edén.
Porque: “Cada golpe al narcotráfico es devuelto con otro golpe aún mayor. Es lo que le ha ocurrido al presidente Álvaro Uribe en Colombia y ahora al presidente Felipe Calderón en México. Mientras tanto se destruyen personas, familias, pueblos, culturas. Cada día se hace más evidente que la guerra no es la solución al problema y que la única vía posible es enfrentarlo desde la raíz, es decir, desde la despenalización del consumo”. Como la Ley Seca en EU (1920-1933), no acabó con los borrachos, “pero desaparecieron los Al Capone”, remata Tomas Eloy Martínez. Estas propuestas hay que discutir.

Correo: sgb33@hotmail.com

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