jueves, 4 de marzo de 2010

Maciel, todo un caso

INSEGURIDAD
05/marzo/2010

*Post mortem, el juicio que llega
*El Padre Amaro se quedó corto

El tema parece no tener pies ni cabeza. Pero es un caso de pederastia, abuso sexual —con ultraje a los niños propios— y drogadicción. Recae en un sujeto, por lo menos, con problemas mentales. No es nuevo, pero se ha convertido en un escándalo público a raíz de las denuncias de los hijos —nadie desmiente que lo sean—, Omar (adoptado), José Raúl y Christian González Lara, con la madre Blanca Estela Lara Gutiérrez. No se trata de El crimen del padre Amaro, donde Eca de Queirós desnuda la hipocresía social y religiosa de su país, Portugal, de su época (1875); esa historia se quedó corta. Es el caso, peor que realista porque raya en la indignación, de Marcial Maciel Degollado (1920-2008). Un demagogo de primera; o peor que eso.
Maciel fue el fundador de los Legionarios de Cristo en 1941 y desde entonces Superior General hasta 1959 cuando lo investigaron por vez primera (una congregación religiosa creada cuando él tenía 21 años) y del movimiento de apostolado Regnum Christi que data de 1959, y tiene 70 mil miembros laicos, hombres y mujeres, con universidades, colegios y fundaciones. A la primera pertenecen al menos, según los datos más conservadores, 600 sacerdotes y 2 mil 500 seminaristas.
Posee también una universidad en Roma (Pontificio Ateneo Regina) y regentea una prelatura (prediócesis) en Quintana Roo. Además de pertenecer a dicha congregación, el Instituto Cumbres de la Ciudad de México (con escuelas en: Argentina, Austria, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Italia, Irlanda, Suiza y Venezuela), Colegio Oxford Preschool, Escuelas Mano Amiga y la Universidad Anáhuac. Contar con los seminarios internacionales Master Ecclesiae, uno en Roma y otro en Sao Paulo, Brasil. Sus miembros se cuentan por miles. Tiene más de 400 mil fieles y tiene simpatizantes en todo el mundo, y su objetivo es: “Capturar a los líderes del mundo para Cristo”. El negocio.
Las denuncias públicas en contra de Maciel no son nuevas. Datan de por lo menos 1996, cuando fue acusado por ocho exmiembros Legionarios, por haber sido abusados sexualmente, cuando eran adolescentes en Italia y España. Se trata de Félix Alarcón Hoyos, José de J. Barba Martín, Saúl Barrales Arellano, Alejandro Espinosa Alcalá, Arturo Jurado Guzmán, Fernando Pérez Olvera, José Antonio Pérez Olvera y Juan José Vaca Rodríguez. Todos firmaron una carta dirigida a Juan Pablo II denunciando las vejaciones e iniciando el proceso judicial el 17 de octubre de 1998, ante el tribunal de la Congregación para la Doctrina de la Fe en el Vaticano (CDFV). Lo que sucedió fue que el 19 de mayo de 2006 dicha instancia lo invitó al retiro a “una vida de oración y penitencia”, prohibiéndole oficiar misas públicas o dar conferencias, presentaciones o entrevistas.
Uno de los todavía denunciantes, José Barba, asegura en estos días, que no sólo no le sorprenden las denuncias de los hijos de Maciel, sino que el manejo de defensa institucional de los casos de abuso sexual que se dan al interior de la organización es de encubrimiento. “Lo que hay son testimonios de abusos de clonación sexual transgeneracional; es decir, una pederastia serial no sólo perpetrada por su fundador, sino por otros muchos religiosos de la orden”, asegura Barba, quien sigue en espera de la justicia vaticana.
Marcial Maciel habría sido protegido por Juan Pablo II. Es más, él habría acompañado al Papa durante sus visitas a México los años, 1979, 1990 y 1993. Y, “Wojtyla encabezó en noviembre de 2004 un homenaje multitudinario a Maciel, quien cumplió sesenta años como sacerdote. El Papa elogió la labor del líder legionario por promover los valores de la familia y de la persona humana, los centros universitarios de estudio y de formación”. Escribe Sanjuana Martínez en su libro La cara oculta del Vaticano. De Ratzinger a Benedicto XVI: el Papa inquisidor. Plaza y Janés. Ed. 2005, p. 227.
Pese a que las primeras investigaciones que apuntaban a Maciel datan de entre “octubre de 1956 y febrero de 1959, ordenada por el cardenal Alfredo Ottaviani. La pesquisa estuvo a cargo del claretino español Arcadio Lallaona y, como resultado de la misma Maciel fue suspendido como superior general de su congregación y obligado a salir de Roma... Al final se le exoneró y no se hizo más, pero el fundador quedó marcado por la sospecha”, escribió Rubén Aguilar Valenzuela, en el trabajo publicado por Milenio Semanal, de fecha 28 de febrero.
Pero ya en octubre 1998 la abogada austriaca Martha Wegan había entregado al Vaticano el archivo de denuncias en contra del fundador de los Legionarios de Cristo, bajo el título Absolutionis Complicis. Arturo Jurano et alii versus Rev. Marcial Maciel Degollado. Y el matiz de esta indagatoria hacía énfasis en la confesión que Maciel imponía “a sus víctimas luego de abusar de ellas, para acallarlas: este delito del derecho canónico, a diferencia de las transgresiones sexuales para la ley civil, no prescribe nunca a los ojos del Vaticano”. (Milenio).
El actual Papa conoce del caso desde 1999, porque siendo presidente de la CDFV, “el obispo Carlos Talavera le expuso el testimonio del padre Alberto Athié al respecto”. Pero Ratzinger “se mostraría contrario a reabrir el caso, argumentando que el presunto pederasta era una persona muy querida para Juan Pablo II”. Escribe Sanjuana.
Pero al parecer ahora sí se echará mano al problema de la impunidad de Maciel, pues el 5 de mayo de 2009, la Curia Romana dio a conocer a la comisión encargada de investigarla. Los obispos serían: Ricardo Watty de Tepic, México; Charles Joseph Chaput de Denver, EU; Giuseppe Versaldi, de Alessandria, Italia; Ricardo Ezzati de Concepción, Chile, Ricardo Blázquez, de Bilbao, España.
Y, “los visitadores tendrían el mandato de valorar la vida religiosa, el funcionamiento institucional, las finanzas y la acción apostólica realizada por los legionarios”. La investigación se ha extendido por diez meses. Y, “El Papa encomendó a la comisión que al término de su trabajo le entregara los resultados. Ese momento ha llegado: el Vaticano ha solicitado a la comisión entregue el documento el próximo mes de marzo”, dice Rubén Aguilar.
Es decir, al fin Ratzinger tomó al fin cartas en el asunto. Y en tanto la investigación se ha realizado, la Curia ha mantenido la autoridad sobre la Congregación. O sea que el propio heredero de Marcial Maciel, Álvaro Corcuera, también está en la tablita. Se anuncian cambios importantes en la Congregación. Mientras tanto, hasta los hijos reclaman justicia.

Correo: sgb33@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario