lunes, 22 de marzo de 2010

Amenaza para la seguridad

INSEGURIDAD
23/marzo/2010

*Una Cumbre para las imposiciones
*México-EU, nexo intervencionista

La “guerra” contra el narcotráfico emprendida por el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa hace tres años, ha trastocado tanto el ambiente que azuza la tranquilidad de los mexicanos, atenta contra la estabilidad de las instituciones del país, e incluso —a raíz de los últimos acontecimientos en Ciudad Juárez que dio pie a una mayor participación de Estados Unidos— se ha convertido en flagrante amenaza para la seguridad nacional.
Si bien los peligros contra la seguridad comenzaron a desestabilizar al país tiempo atrás —merced al desgobierno con que suplantó en Los Pinos al PRI el PAN, en manos de “la pareja presidencial” de los Fox—, porque las incipientes pugnas entre cárteles surgieron durante el gobierno del antecesor de Calderón, no fue sino hasta que el actual Presidente tomó la decisión (solo y son considerar a los mexicanos) de sacar al Ejército a las calles para combatir el flagelo del crimen organizado, y el narcotráfico como su expresión más aguda, que muchos temas se han acelerado y convertido en un peligro.
Así, con la determinación de echar mano del Ejército para hacer funciones de policía —persiguiendo narcotraficantes y tratando de otorgar tranquilidad al ciudadano (rosario de buenas intenciones)—, patrullando calles en ciudades donde ha arreciado la lucha de los cárteles por las plazas, el problema para Calderón se ha complicado porque más allá de los logros prometidos, el saldo es pírrico en tanto la violencia arroja cuantiosas muertes de mexicanos (17 mil y crece el número), muchos de ellos sin deberla ni temerla.
Juzgar si existe algún tipo de proteccionismo de unos por encima de otros narcotraficantes —como se cuestiona desde adentro del PAN porque no hay presencia militar en terrenos de Joaquín El Chapo Guzmán (como denuncia Manuel Clouthier), y porque el combate al crimen con el Ejército en Juárez no funciona (Manuel Espino)— es parte del balance sobre lo que se está haciendo, cómo y porqué. Y hacia dónde conduce todo.
El mayor dilema es que el gobierno no revira en su estrategia. Bueno, ni siquiera revisa si existe algún fundamento en los cuestionamientos, porque se empecina en que está avanzando, cuando los resultados en general le son adversos. Es un defecto personal —dicen los que le conocen de cerca—, porque nunca reconocerá la derrota.
Y el problema es que con ese “estilo personal de gobernar”, que incluye la imposición y, por ello no solicitar nunca aval alguno o posicionamiento siquiera a los demás poderes, sobre la presencia del Ejército en semejante tarea, se irá por el mismo rumbo en lo adelante. Como hasta ahora. La redefinición de los términos de la “guerra”, puede muy bien estar el Ejército, pero no solo, porque es una tarea del Estado, que incluye ciudadanos. Pero ni siquiera los juarenses han sido tomados en cuenta, menos los mexicanos.
Lo peor es que la tranquilidad que la sociedad demanda no tiene para cuando. Y que simultáneamente hay una sarta de problemas que se han acumulado, porque si bien la atención está puesta en el tema de la inseguridad, los demás asuntos no son menores. Como la crisis económica, que arrastra al país con secuelas graves para los ciudadanos. No hay políticas de empleo, política industrial; tampoco generación de empleo. Sigue la caída salarial (peor será si avanza la iniciativa regresiva del actual secretario del Trabajo que amenaza los derechos laborales históricamente alcanzados).
Avanza el desempleo y la changarrización de la economía. El campo está en total abandono, porque no hay política agropecuaria; al contrario, entre los programas de apoyo sobresale el Procampo que otorga prerrogativas a unos cuantos, y entre ellos hay funcionarios y narcos. Hay pobreza y pobreza extrema. Depauperización generalizada. Problemas derivados de una política económica sin rumbo ni sustento. Aunque toda la culpa la tenga esa crisis que de catarro se fue hasta abajo, en caída del 6.5 por ciento en 2009. No hay conducción clara de país.
La inestabilidad que brota desde la política tiene vertientes degenerativas; entre otras, la relación entre poderes y entre los partidos políticos. Con ello, se sacuden las relaciones entre el poder Ejecutivo y el Congreso de la Unión. El ambiente propiamente electoral de este 2010, les pega a los partidos por el interés puesto en la elección presidencial del 2012. Sobre todo los dos más grandes, PAN y PRI. El tema de las alianzas electorales en varios estados donde habrá elecciones, dejó entrever que más de uno coloca sus prioridades por encima del interés nacional.
Así, con la mera sumatoria de estos elementos, ya se tiene para que el país avance por la senda de la inestabilidad que linda y amenaza a la propia gobernabilidad —aquí se suma la polémica sobre el Estado fallido—. Sale a la luz que no hay proyecto de país; no hay rumbo ni luz hacia el final del túnel para la nación. Queda claro que el gobierno del PAN no tiene propuesta ni interés en resolver los problemas más agudos de México. Lamentable, pero así es. Porque con el garlito de la “guerra” anticrimen se desatienden otros problemas.
Y, últimamente, para variar, se suma la intentona del intervencionismo de EU en la atención de casos como la violencia en la frontera. Pero con la intención de participar en otros ámbitos de la política nacional. Y es a partir del tema Juárez, que EU arrecia en sus intentos de “colaborar” con México, que no coadyuvar o asumir la corresponsabilidad y hacer lo propio con el mismo asunto del narcotráfico.
El caso se complicará para México, si no se fijan los términos de la participación de EU —y eso le compete al Senado mexicano— en los asuntos de la seguridad y fronterizos para ambos países. Porque una intervención mayor se convertiría en amenaza latente para la seguridad de México. Más ahora que hay voces, como la del general brigadier del Ejército, Benito Medina Herrera (inducido quién sabe por qué ideas), dice que México no puede solo con el problema del crimen organizado. Esto es: “No podemos decir que el Ejército no puede, no. Es que no solamente no es el Ejército, es todo México. Todo México no puede solo, necesitamos de la colaboración internacional”. Pero a EU no se le puede mandar ese mensaje. Menos en el marco del Encuentro de seguridad México-EU.
Tampoco cuando hay senadores mexicanos que ya recibieron asesoría en materia de seguridad en EU; o, como anuncia la SRE, que en el marco del Plan Mérida, EU tiene 25 programas para “asesorar” a México en las políticas anticrimen. Y si se le deja, será intervencionismo puro. Atentatorio, entonces sí, de la seguridad de México.

Correo: sgb33@hotmail.com

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