jueves, 7 de enero de 2010

Inseguridad in crescendo

INSEGURIDAD
7/enero/2010

*Balance 2009, negativo para FCH
*Sin estrategia, hay “guerra” fallida

Uno de los problemas más sentidos por la población desde los tiempos del presidente Vicente Fox para acá, es el de la inseguridad. Incluso por arriba de la demanda del empleo, lastima más la falta de seguridad de las personas en sus vidas. Desde entonces, además de bandera política en su momento, el tema de brindar seguridad a la sociedad se ha vuelto un reto importante —más bien, un problema— para los gobiernos de todas las instancias. Y también para el Estado, porque está proliferando un clima de violencia en todo el país.
Desde el recrudecimiento del irresuelto problema de las “muertas de Juárez”, en esa ciudad fronteriza, que ha sacudido en el tiempo la conciencia colectiva, pero sobre todo a partir de que Felipe Calderón decidió sin más enviar a las calles a las Fuerzas Armadas para combatir la propagación de la delincuencia en varias entidades, el problema de la inseguridad creció.
Cuando el presidente actual declaró la “guerra” contra el crimen organizado —principal detonador de la inseguridad en varios estados— el problema se ha agudizado. Se ha conseguido el efecto contrario. Es decir, que con esa estrategia del gobierno la inseguridad ha lacerado más profundamente a la sociedad, y estados como Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Nuevo León, Michoacán, Guerrero, Estado de México, Distrito Federal, Morelos, son testigos de ello.
Porque los resultados, a la mitad del sexenio calderonista, han sido pobres en cuanto a combatir a las bandas del narcotráfico y del crimen organizado. No se diga al cierre del año 2009. Y el 2010 que apunta igual. Ciertamente se ha dado muerte a Arturo Beltrán Leyva, El Barbas —para Calderón “el golpe más contundente” a una de las más peligrosas bandas—; arraigado después al hermano Carlos Beltrán. Se ha detenido a otros personajes. Por ejemplo. El 1 de abril se capturó a Vicente Carrillo Leyva, hijo de Amado Carrillo Fuentes. Antes, a Vicente Zambada Niebla, Vicentillo, hijo de Ismael El Mayo Zambada (19 de marzo).
Cuando se detuvo a Jesús El Rey Zambada, hermano de El Mayo, del cártel de Sinaloa, también murió en la balacera de Lindavista Jesús Zambada Reyes, sobrino de Ismael Zambada e hijo de El Rey. Eduardo Arellano El Doctor, también fue detenido en octubre de 2008. Y en enero de 2008, se detuvo a Héctor Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, uno de los “tres caballeros” y todavía pistoleros de El Chapo Guzmán, del cártel de Sinaloa. Desde entonces los Beltrán Leyva se separaron de El Chapo. Ahora la propia PGR asegura que el liderazgo de esta organización la asume Héctor, tras la “cacería” de El Jefe de jefes por la Marina.
En cambio, son cuantiosos los muertos en esa guerra. Ligados al problema del tráfico de drogas, tan sólo en el 2009 cayeron 7 mil 724 personas, para representar el año más violento de la década. Casi un país en guerra. Uno de los principales problemas de la falta de resultados en contra de los carteles y de la agudización de la violencia y con ello de la inseguridad —y por ello uno de los aspectos que más se le critican—, es que Calderón sacó al Ejército a realizar funciones de policía. Lo llevó a patrullar las calles de aquellas ciudades lastimadas por el problema del tráfico de drogas, que han sido escenario de enfrentamientos entre las bandas que se disputan los sitios como plazas. Al poco tiempo se dijo que esa no era una función del Ejército sino de las policías federales, estatales y municipales. Nada.
Hace poco, el 17 de diciembre, el embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, en su papel alabó “el impacto” de la lucha contra el narco “y ellos están reaccionando”, pero la presencia del Ejército en las calles de algunas ciudades del país “no es la solución final” a los problemas de seguridad. Pero el gobierno de Calderón no reacciona ante nada, porque no vislumbra otro camino.
La estrategia parece no importar. Con todo y que a una guerra no se llega sin fusil, sin un plan preconcebido, una estrategia. Porque se trata de las Fuerzas Armadas y su “jefe máximo”. Y no sólo eso, sin medidas complementarias como la participación de la sociedad civil organizada y la denuncia ciudadana. Sin atacar el corazón de las organizaciones no se avanza, porque la estructura financiera de los cárteles sigue intacta. Además, si enfrentar al narcotráfico es un asunto policiaco, nada se hace por capacitar a toda la cadena: policía investigadora, jueces, magistrados. Porque implica un cambio de cultura —aparte la purga para enjuiciar a los coludidos, aquellos que brindan protección a los delincuentes—. También mejorar el salario, mayor capacitación (escuelas), armamento. Lo dijo Fox (¡y vaya quién!) en marzo de 2006: “Nadie con el modelo de organización policial actual, podrá resolver el problema de la seguridad pública en México”.
Por eso, o se subestima al enemigo o no se sabe lo que se hace porque la inseguridad florece. Por eso, como en otros años, abortó el combate a la delincuencia en 2009. Por eso fracasará en el 2010. Por eso se habla del Estado fallido, porque amplios territorios están sin la protección que el ciudadano demanda en las calles, en sus centros de trabajo, en aquellas ciudades donde prolifera la violencia y con ello la inseguridad.
Como si se ignorase que en 2009 los cárteles mexicanos eran los responsables de más del 90 por ciento de la cocaína que se consume en EU; son líderes en el tráfico de drogas sintéticas, mariguana y heroína. Lo dijo en el Informe Estratégico de Control Internacional, el Departamento de Estado: “Las organizaciones del narcotráfico mexicanas representan la amenaza criminal más grande de EU. La influencia de los cárteles mexicanos sobre los grupos domésticos de tráfico de drogas no tiene rival”. Es el tamaño del negocio, también del enemigo.

Contacto: sgb33@hotmail.com

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