miércoles, 20 de enero de 2010

Haití, ¿y Estados Unidos qué?

INSEGURIDAD
20/enero/2010

*Entre la ayuda y la ocupación
*Prueba a la cooperación mundial

A una semana del desastre que causó el terremoto en Haití, al parecer la situación tiende a estabilizarse. Porque los haitianos se saben no estar solos frente a la tragedia. Si bien en Puerto Príncipe no cesa todavía la angustia ni la desesperación, tras el dolor causado por las pérdidas humanas —los muertos regados por las calles siguen siendo incinerados o retirados a las fosas comunes, salvo que el olor a muerte brota de entre los escombros—, las expresiones de violencia comienzan a ser más esporádicas.
Pero si hasta las Naciones Unidas —los coordinadores de la ayuda; cierto que los comisionados locales perdieron la vida— alertaron a los rescatistas de todo el mundo y prohibieron desde el cuarto día salir a desempeñar sus labores, sin la protección militar debida, azuzando que la violencia era inminente y creciente. Devino en exageración. Entretanto hubo interrupciones, el valioso tiempo, al apoyo de las personas que sobreviven entre los escombros de muchos edificios derribados.
Con todo y que los medios de comunicación del mundo han intentado magnificar al difundir como incontrolable hasta las más mínimas expresiones de descontento por parte de pequeños grupos —como las bandas barriales , ellos sí, luchan por comida, y en algunos casos hasta producto del saqueo— como una situación generalizada. Pero no es así. Porque la ayuda de la comunidad internacional comienza a salir de los embudos y a llegar a sus destinatarios. Eso tiende a guardar la calma.
En el mundo, personas, países y gobiernos se movilizaron frente a la tragedia. No obstante las ayudas comenzaron a llegar de golpe. Pronto se descubrió la realidad del desastre. Aparte del impacto causado por el movimiento telúrico ocurrido, quedó al descubierto la miseria en la que ha sobrevivido el pueblo haitiano. Es decir, además de la destrucción, en Haití no había siquiera la infraestructura mínima. Ni aérea ni carretera. Como tampoco en la propia ciudad capital.
Con el arribo de la ayuda, los aviones empantanaron pronto el aeropuerto que cuenta con una capacidad mínima. Ante eso, Estados Unidos tomó pronto el control del aeropuerto rodeando la instalación con el ejército. El almacenaje se convirtió en otro problema, porque tampoco había dónde colocar medicamentos, alimentos y todo tipo de enseres. República Dominicana, el vecino más cercano porque comparte la isla Española, sacó la casta para apoyar en eso. Sin ser ese el destino, el otro problema ha sido la distribución hasta los hospitales y los centros de auxilio a la población. Calles y parques, porque nadie está dispuesto a ocupar sus casas por el miedo.
Ofrecidos para el reparto, los propios transportistas locales no están haciendo todo lo que desean porque pese a disponer de sus unidades para las tareas, no reciben apoyo del gobierno para cargar combustible. Tampoco lo hay. La gasolina es oro molido en estos momentos en la capital. Uno de los líderes del ramo expresó que el mismo presidente, René Préval, anda como zombi porque no toma decisiones. Tampoco es para menos; pero nada lo explica. Como lo intentan algunos miembros de su gabinete, justificándolo porque está ausente de la coordinación.
Pero la distribución de la ayuda es problema tanto para el gobierno como para la propia comunidad internacional. Con la ONU a la cabeza, en la coordinación. Pero con la ayuda llega la tranquilidad. Solo como los EU que, al parecer, miran la crisis a conveniencia. Están creando una presencia militar injustificada. Pero eso no es todo.
Haití plantea otros retos para la comunidad internacional. Ya lo dijo bien Fidel Castro en sus “Reflexiones” hace cuatro días. “En Haití se pondrá a prueba cuánto puede durar el espíritu de cooperación, antes de que el egoísmo, el chovinismo, los intereses mezquinos y el desprecio por otras naciones prevalezcan”. Lo expresa con la autoridad que le otorga el ser uno de los líderes mundiales más críticos del imperialismo estadounidense. Por experiencia propia, además, merced al intento de subordinación de la isla caribeña durante casi medio siglo, por parte de EU. Y arremetió. “Los países observan de cerca todo lo que ocurre Haití. La opinión mundial y los pueblos serán cada vez más severos e implacables en sus críticas”. Y así es, a una semana del terremoto.
Críticas para los EU. Pese a la disponibilidad de Barack Obama en ayudar, también los soldados están llegando a copar espacios. Desde el aeropuerto hasta al centro de la capital haitiana, con suficiente agua y comida. En lugares públicos. Y la ONU ha contribuido a ello, por el alarmismo declarando amenazas de violencia. Es decir, que EU, además de medicinas y ayuda humanitaria, está mandando soldados. ¿Para ocupar Haití abusando de las circunstancias? “Le interesa el poder, no los ciudadanos. “La prioridad para ellos es el poder y no dar seguridad al pueblo. Por eso comienzan por el aeropuerto y por el palacio presidencial” dijo Antoine, que perdió su casa y vive en los jardines de los Campos de Marte, frente al palacio presidencial (recoge un diario dominicano). Porque, arremete otro haitiano: “No los he visto distribuyendo comida en el centro de la ciudad, donde se necesita urgentemente agua, alimentos y medicinas”, Wilson Guillaume, estudiante de 25 años.
Por eso la justificación. Como lo declaró el responsable del Comando Sur, el general Ken Keen: “Vamos a prepararnos para lo peor”. Con 3 mil quinientos efectivos. Pero ¿qué es lo peor? Por eso las críticas de la comunidad europea. También las de Hugo Chávez, sobre la ocupación militar.
Además, que los operadores estadounidenses que están llegando a Haití se llevarán las bolsas llenas porque tienen salarios elevadísimos. Ellos se embolsarán una buena parte de los 10 mil millones de dólares que demandará la reconstrucción. Eso seguro.

Contacto: sgb33@hotmail.com

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